lunes, 5 de marzo de 2012

He vivido...

Un 14 de enero decidí embriagarme. Decidí beber todo el alcohol posible para poder olvidar, olvidar toda la pena, dolor, angustia y nostalgia que sentía. Sinceramente no podía lidiar más con todos estos sentimientos. Me sentía desvalorado, que carecía de algún tipo de importancia y relevancia. Sentía que no valía nada...
Esa noche llegue a un antro a pasar el momento, quise olvidar todo y solamente dedicarme a bailar, ¿Que más da ser feliz, por lo menos, unas 5 horas en comparación con las 24 que debía soportar todos los días? Era un lujo que me permitiría sin duda alguna.
En ese momento pasó algo increíble... Alguien llegó a mi vida y me sorprendió. Pensé que en ese momento de duelo no llegaría nadie a mi rincón y que enfrentaría sin duda esta situación yo solo. No fue así. Los días comenzaron a cargarse de cariño, amor, preocupación e ... inseguridad. No sabía que hacer, que camino tomar, pero en la medida que comenzó a pasar el tiempo me dí cuenta de una sola cosa: la persona que en ese momento estaba a mi lado merecía una oportunidad, merecía saber quien era y así fue. Comencé a abrirme a ella lentamente y demostrarle de que estaba hecho. Todo fue genial, fue algo hermoso y la verdad cada vez que recuerdo todos esos momentos llenos de complicidad, amor, ansiedad y felicidad no puedo evitar verlo con un tono de nostalgia. En un momento me sentí totalmente motivado con todo, sentía que de verdad ahora más que nunca quería vivir todo esto a concho, quería aprovecharlo, hasta que de un momento a otro las cosas comenzaron a cambiar.
Muy desde el comienzo tomé una actitud lejana porque quería evitar romperle el corazón al otro y también quería evitar que me lo rompiesen, es por ello que todo en primera instancia fue complejo, porque me encontraba con una armadura que no estaba dispuesto a quitarme tan fácil, necesitaba sentir confianza y que realmente valía la pena hacerlo. Eso ocurrió, sentí que debía despojarme de mis temores y simplemente vivir todo, vivir los grandes sentimientos que estaba experimentando y que sin duda sentía que me traerían muchísimos momentos especiales cargados de alegría.

No fue así
Es aquí donde todo toma un sentido extraño. Cuando conoces a alguien que de alguna forma te roba la atención tienes dos opciones... Volverte esquivo o caer de inmediato a sus pies. Yo muchas veces caía de inmediato a los pies de la otra persona y después de muchos golpes y lecciones me di cuenta de que eso no podía ser. Fue por eso que en esta nueva situación opté por un camino diferente... Volverme esquivo de una determinada manera, no porque no me gustara la otra persona, si no porque estas tratando de que no te lastimen, estas evitando ahorrarle sufrimiento a tu corazón.
Pasó que de un momento a otro las cosas cambiaron y los papeles se invirtieron. Creo que es algo que nunca sabré porque ocurrió, pero lo que si puedo decir es que ciertamente llegó un momento en el que me dejé llevar y otra vez más vi que lo que estaba viviendo era todo lo que deseaba en ese instante. Sentí que ahora esperaba muchas cosas, que veía hacía el futuro y que sin duda alguna, esperaba que mis expectativas fueran cumplidas totalmente.

Realidad
Aquello no se cumplió, mis expectativas fueron poco a poco destruyéndose, no sé porque ocurrió ni tampoco me percaté cuando todo comenzó a pasar. Solo me vi envuelto de un momento a otro en todo eso y luego no supe como evitarlo. Era demasiado tarde, el daño comenzaba a sembrase de a poco en mi interior. Lo cierto es que todo había comenzado a acabar y yo evitaba verlo, evitaba darme cuenta de aquello y traté aún así de salvar todo mientras fuera posible, mientras divisara una supuesta señal.


Decepción
Estos últimos días he leído mucho acerca del desamor. En cierta forma me considero una persona masoquista, pero por otro lado también me considero un luchador.
Mi vida amorosa no ha sido lo mejor, de hecho está en ese término medio, en el que sabes que no es mala, pero tampoco es buena. Nunca he vivido una relación como tal con alguna persona en particular, sino que son seres que llegan en un momento determinado y también se van en un momento preciso, no permanecen más tiempo del que deben. Mi gran error es creer que cada vez que llegan a mi permanecerán más tiempo, incluso muchísimo más del que yo lo tenía planificado. Creo que a eso se le llama "expectativas".
Esta última vez pensé que sería distinto (como todas las demás), pero con un tono especial. No lo sé, sentí que estaba preparado en un momento para dar todo aquello que soy y compartirlo con alguien más. Esperaba y me había hecho ilusiones de que sería algo recíproco y que al fin pasaría grandes momentos con esa persona, esos anhelados momentos de estar acostados un fin de semana viendo TV o solamente estar ahí, mirándonos uno al otro sin nada más que decir, entregándonos infinitas caricias. No fue más que un sueño y creo que vi todo de una forma totalmente diferente a lo que era, observé todo esto como una relación cuando no lo era, cuando solamente era una etapa de "estarnos conociendo". Los papeles se invirtieron y hoy soy yo quien no podía dejar ir esto.

¡Que mala consejera es la esperanza!
En su libro "Los límites del amor", Walter Riso dice algo muy cierto "¿Por qué seguimos en una relación insana, a sabiendas de que no nos aman? Esperar a que te quieran puede ser una de las experiencias más humillantes y tristes: "Ya  no me abraza, ya no se preocupa por mí" o "Nunca me he sentido realmente amada o amado". ¿Qué esperas, entonces? Mendigar amor es la peor de las indigencias, porque lo que está en juego es tu persona, y si el otro, el que está por "encima" acepta dar limosnas, no te merece.
¿Quién tiene el poder en una relación? No es el más fuerte, ni el que tiene más dinero, es el que necesita menos al otro. Si tu pareja puede prescindir de ti mucho más fácil de lo que tú puedes prescindir de él o ella, hay que equilibrar la cuestión. Una persona honesta jamás estaría con alguien a quien no ama para aprovecharse de ciertos beneficios, llámese comodidad, dinero, compañía, etcétera.
Si no te quieren, no es negociable. ¿Qué vas negociar, qué acuerdos vas a. proponer si no hay sentimiento, ni ganas ni deseo? ¡Que mala consejera puede ser a veces la esperanza! 
En ocasiones, la crudeza de la realidad o la más dolorosa desesperanza nos quita la carga de un futuro inconveniente. Si bajara un ángel y te dijera que tu pareja nunca podrá amarte de verdad, por lo menos como te gustaría, ¿seguirías manteniendo la relación? ¿Qué harías? Para mi es claro que si alguien titubea o duda de que me ama, no me ama. "Dame un tiempo", "Déjame pensarlo" o "No estoy seguro": excusas o mentiras.
Si es evidente que no te quieren y sigues allí a la espera de la resurrección amorosa, dispuesta o dispuesto a responder a cualquier insinuación, te extralimitaste: estás del otro lado. Y si tú sensación de insatisfacción afectiva persiste a pesar de tus justos redamos, ya tienes resuelto el problema. No hay dudas: no te aman, y alguien tiene que irse."
Creo que aquello no me pudo hacer más sentido. Últimamente había sentido eso... ¿Que caso tiene negociar algo en donde no hay interés ni deseos de enmendarlo? Siento que he llegado a ese punto en donde estoy mendigando amor y pidiéndole al otro desesperadamente que me entregue una limosna para sentir por lo menos parte de lo que sentía antes. Pero hasta ahí sentí algo, una angustia incontrolable y que en estos momentos me sigue invadiendo. Es ahora cuando pienso... He caído realmente bajo, he buscado por cielo, mar y tierra al otro para saber que es lo que ocurre y aún  así no he tenido respuesta, eso me ha hecho sentir que mis principios han sido vulnerados.
¿Qué estamos dispuestos a negociar por amor? Hay cosas en las que no podemos ceder, simplemente porque si  lo hacemos, nos traicionaríamos a nosotros mismos. "Existe un acuerdo implícito en la mayoría de los pensadores sobre el tema de los valores: el límite de lo negociable  es la dignidad personal, es decir, la opción de ser valorado, honrado y respetado. 
La dignidad tiene que ver con  la autonomía y la autodeterminación. Sentirse digno es aceptar que uno es merecedor de respeto. La dignidad es lo que se resiste a la humillación, a la auto-condena y a la condena injusta. Es el valor de lo que no tiene precio: ¿cuánto vales?"
¿Cómo saber cuándo alguien afecta tu dignidad? Suele ser evidente para quien se auto-observa. Lo que sientes es ira, pero no la rabia del animal cuando le quitan el alimento o lo atacan, sino  indignación,  la cual puede definirse como cólera ante la injusticia. Cuando la indignación tiene lugar, sentimos que se ha violado lo entrañable y que los intereses más íntimos y radicales han sido maltratados."
Estos días he sentido que mi dignidad ha sido afectada. ¿Cuan bajo se debe caer para que alguien nos preste atención?, ¿Cuan sano es buscar y buscar a alguien por todo lugar, a través de todos los medios posibles y que a pesar de ello nos ignore?, ¿Qué estamos haciéndonos?, ¿Por qué nos herimos de esa forma? Creo que el tema va por el lado del amor propio, de la autoestima. No nos valoramos (y en efecto creo que no me he valorado) lo suficiente como para llegar a un punto de no querer mendigar más.
"La premisa es conservar tu ser moral y negarte a ser objeto. Y un buen comienzo para ello es aceptar que el otro no es más que tú, ni más valioso, al menos en lo que se refiere a la posibilidad de recibir consideración y respeto.

Los seres humanos somos iguales en derecho, somos iguales en dignidad, a pesar del culto a la entrega y al sacrificio por amor. Por eso, cuando negocias tus principios y tus creencias fundamentales, así lo hagas por amor a la persona que está a tu lado, niegas tu condición y dejas de quererte a ti mismo."
Sin quererlo creo que he llegado a querer irracionalmente, he pasado el límite de lo que es sano y quizás para alguien externo imparcial no pueda ser percibido, pero en mi interior si. El autoengaño y la ignorancia funcionan de manera similar y logran confundir.
"A veces estamos tan embotados, tan acostumbrados al sufrimiento que no nos damos cuenta. Cuando esto ocurre, el dolor funciona como las termitas: por fuera, la casa luce como nueva, pero mientras tanto sus cimientos están siendo carcomidos lentamente."
Continuando con Walter Riso, él menciona lo siguiente: "Si por amor pasaste el límite de lo aceptable, seguramente cada nuevo día se siente como un bajón. Hay un sinsabor permanente que te va matando la alegría. A este respecto, Blaise Pascal estaba en lo cierto cuando decía: "El corazón tiene sus razones que la razón no conoce". Échale un vistazo a las razones de la mente y crúzalas con las del corazón. Es sorprendente cómo podemos insensibilizarlos al dolor y el aburrimiento." Mas claro no puede ser. Siento que he atravesado el límite y he llegado a lo que el menciona, viviendo un amor totalmente irracional, lleno de desamor propio, de no preocuparme por mi y no mirar hacia mi alrededor, mi verdadera situación.
"Cuando cruzamos los límites de la autoestima, una sensación de falta de completitud, de vacío y encierro vital hace su aparición. Sin embargo, aunque la evidencia de estas sensaciones es contundente, la mente duda y se acobarda. Un combate entre la razón y la emoción tiene lugar: "Pero no todo es malo... Hemos tenido momentos buenos...". Y la confusión alimenta la más cruel de  las esperanzas: la posibilidad de que si "el amor todo  lo puede", ojala esta vez sí pueda. Y allí nos quedamos, semanas, meses o años, a la espera de un sueño que nunca se realiza.
¿Por qué nos  hacemos eso? Seguir creyendo en que todo tendrá un buen final... La esperanza sin duda es una gran traicionera, nos hace dudar en los peores momentos y alimenta deseos y expectativas infundadas frente a lo evidente que no puede ser negado. Hoy por hoy creo que es mejor dejar de creer.

¿Y que hacer de ahora en adelante?
Creo que este es uno de los puntos que más me costará terminar porque sinceramente, a pesar de que muchos conocemos las típicas formas de sacar a alguien de nuestra vida, en la práctica resulta ser más complejo. Pero sin embargo después de leer todo lo anterior me es un poco más fácil sacar mis propias conclusiones.
Primero, cabe recalcar que hay algo que me parece interesante y que es el "Principio de la racionalidad responsable" el que dice que "No eres una máquina afectiva que devora amor, aunque quisieras. El pensamiento racional hará que no te comportes como una persona adicta y desesperada por sentir. Para sentir bien, hay que pensar bien. El afecto no aparece en un vacío informacional sino que en él intervienen tus creencias, tu sistema devalores, tu filosofía de vida y tus actitudes. Nunca eres "puro amor". Racionalidad responsable implica utilizar la razón de manera moderada e inteligente, sin reprimir, pero también sin soltar totalmente el corazón."
Yo actualmente he sentido aquello... Siento que el afecto que sentía y que estaba entregando se estaba dando en un vacío. ¿Qué quiero decir con eso? No había reciprocidad, era solo de mi parte y no estaba recibiendo absolutamente nada a cambio. Entonces, ¿Por qué seguir sintiendo cariño hacia alguien que no me está entregando lo mismo?, ¿Qué sigue frenandote? Creo que es eso que he estado hablando todo este tiempo.. La esperanza, tan mal consejera.
Creo que cuando una persona no te quiere en su vida se puede apreciar de inmediato. Se vuelve fría, te ignora y se deja de preocupar por ti. Eso es lo que me ocurre hoy y no puedo evitar preguntarme, ¿Por qué hemos llegado a este punto?, ¿Qué salió mal? Hoy estoy un poco más convencido de que lo mejor es seguir adelante, de no quedarme estancado y no creer en la esperanza que aún siento, porque sé que solo me traerá mas decepciones.
Hoy cuando desperté con esta tremenda angustia, al momento pensé algo.. Recuerdo un mensaje que me había llegado hace un tiempo atrás de la persona que hoy ya no está conmigo y que decía algo como "...Te observaba y apreciaba lo lindo que eres". Sin duda hoy recuerdo eso y me digo: "No valgo menos que los demás, no soy menos que él, soy igual". Y ahora que la melancolía me ha tomado nuevamente es algo que trato de grabarme una y otra vez. Mi baja autoestima me obstaculiza, no me deja ver que a pesar de todo yo también soy importante, soy una buena persona en muchos sentidos y que merece ser feliz y no sufrir la indiferencia. 
Espero que la vida traiga en algún momento mejores momentos a mi vida. Por ahora solo quiero estar tranquilo, quiero centrarme en mi. Es lo más apropiado. 
En estos momentos solo debo preocuparme de resistir. "Cuando la noche no te deje en paz, cuando abras el baúl de los recuerdos y te sientas triste, herido, decepcionado, cuando tengas miedo del silencio, cuando se apoderen los recuerdo, resiste. Resiste para seguir viviendo, y aunque los sueños se te rompan en pedazos resiste. Cuando tu enemigo seas tú, cuando no reconozcas ni tu voz, resiste. Cuando alguna vez te falte esa persona, cuando te amenace la locura, resiste".
¿Cuántas veces más tenemos que relacionarnos para encontrar a alguien que busque exactamente lo mismo…querer estar y compartir, afrontar las situaciones y vivir en pareja?
Muchas veces no logramos darnos cuenta, pero creo que el amor vive dentro de nosotros mismos y así también somos quienes tenemos la opción de volver a sentir y en efecto así será, aunque no lo creamos. Solo debe llegar el momento y esa persona que deseará exactamente lo mismo que nosotros y compartamos el mismo significado de amor. 
"Mientras se espera vivir la vida pasa" - Séneca


No hay comentarios:

Publicar un comentario